Entre las principales ventajas que ofrecen estas sociedades y que las convierten en atractivos instrumentos para personas de todo el mundo es que son relativamente fáciles de crear, o sea, hay poca carga burocrática en su formación, con ellas es posible reducir la carga tributaria y se puede proteger mejor los bienes.
Los países en los que se suelen crear sociedades offshore respetan la privacidad y difícilmente responden a las peticiones de tribunales extranjeros. Formar una sociedad offshore es un proceso simple, que apenas tarda unos días, no hay que abrir oficinas, ni contratar empleados. En ocasiones ni siquiera es necesario tener un propietario real, sino que se coloca un fiduciario u otra sociedad como accionista.
Las sociedades offshore, al estar registradas en paraísos fiscales, no pagan impuestos en esas jurisdicciones, porque realizan sus actividades al exterior. De esta manera, mediante este mecanismo legal totalmente válido, es posible reducir la carga tributaria.
¿Cómo funciona una sociedad offshore? Pongamos por ejemplo que una empresa produce limones, en Guatemala y los vende en un súper mercado en Italia. Para ello dispone de tres compañías, todas de su propiedad: la que produce los limones, inscrita en Guatemala, otra que vende, inscrita en Italia y una tercera, una sociedad offshore, incorporada en un país de nula tributación, como Panamá.
Entonces, la empresa que produce los limones declara que, una caja, tiene un costo de producción de 100 dólares y lo vende, en 100 dólares, a la sociedad offshore. Por tanto, la empresa productora no registra ganancias en Guatemala y así no tiene que pagar impuestos. Luego, la sociedad offshore vende la caja de limones en 400 dólares a la empresa que comercializa dichos limones, en Italia. Dicha empresa declara que vendió los limones, en el súper mercado, en 400 dólares y, como tampoco tiene ganancia, no paga impuestos en Italia. Mientras, los 300 dólares que ganó la compañía con la caja de limones quedan registrados en la sociedad offshore, en Panamá, que, como realiza actividades en el exterior (en este caso, Guatemala e Italia) tampoco paga impuestos.
Para las leyes españolas, formar una sociedad offshore no es un delito, pero si no se declara dicha sociedad, entonces se puede incurrir en una violación de las leyes fiscales. De acuerdo con Hacienda, muchos recurren a los paraísos fiscales para ahorrar impuestos, deducir los gastos, evitar a sus acreedores o para no verse expuestos a los requisitos de las ex parejas.