Las startup que sobrevivirán tendrán que desarrollarse en un contexto económico global muy complicado. Otros millones de pre-startup no conseguirán nunca pasar de la idea a la startup por falta de capital. Para subsistir y crecer, los emprendimientos necesitan, sobre todo, obtener capital.
¿Cómo atraer inversores, dispuestos a colocar su dinero en un proyecto nuevo? Estas tres modalidades de financiamiento son las más utilizadas en la actualidad.
Una de las estrategias más recurrentes es el “bootstrapping”. Esta consiste en utilizar capital de los fundadores de la startup. Además, también se emplean los ingresos generados por el propio negocio. Los inversores llegarán de manera paulatina, según las necesidades de financiación del proyecto. Muchos emprendimientos que han seguido esta estrategia han logrado tener éxito. Como no existen terceros que compran acciones, pues los fundadores mantienen el 100% del control de la empresa. Así pueden actuar con más libertad.
Como los fundadores mantienen en control, entonces ellos siguen tomando las decisiones estratégicas. Al mismo tiempo, al aplicar bootstrapping, entonces esa startup necesita ser muy eficiente en el manejo del capital, porque se trata de fondos propios de los fundadores. Este elemento resulta muy atractivo para potenciales inversores, porque entienden que el equipo de ese emprendimiento cuida bien el dinero.
El bootstrapping no es para todas las startups. En no pocas ocasiones, para lanzar un emprendimiento es necesario recibir una gran inversión que no puede ser cubierta por los fundadores.
Otra de las modalidades de financiación de una startup es la de “equity funding”. Esta estrategia contempla la venta de acciones del emprendimiento a diferentes inversores. A cambio del dinero colocado en el proyecto, cada inversor obtiene una participación en la propiedad de la startup.
Lograr financiamiento para una startup es vital
Aquellos inversores que se unen desde los primeros momentos a la startup y aportan un valor añadido, al convertirse en asesores, son llamados “business angels”. La ventaja más apreciable del “equity funding” es que la startup obtiene mayor capital de financiamiento. Además, al trabajar con inversores expertos, los emprendedores reciben no solo consejos, sino también conexiones con otros potenciales inversores, en una determinada industria. La principal desventaja es que, con esta estrategia, el emprendedor pierde control sobre su propia empresa. Por tanto, es clave que el emprendedor conozca el momento ideal para realizar la venta de acciones.
La tercera modalidad de financiación de un emprendimiento es la deuda. Esta estrategia ha sido empleada durante mucho tiempo y consiste, esencialmente, en que una startup recibe capital y firma un compromiso para devolver ese dinero, en un plazo determinado.
Este capital puede provenir de diferentes actores. Por ejemplo, empresas de crédito, bancos e inversores privados. Ellos prestan el dinero a la startup y esperan recibir ese monto del capital, más los intereses acumulados. Para ofrecer garantías, el emprendedor suele colocar un activo (por lo general, una propiedad inmobiliaria) que pasaría a manos de los inversores, en caso de que no puedan obtener el dinero, por problemas de la startup.
¿Cuál es la mejor estrategia? No hay una única respuesta. Las tres modalidades tienen ventajas y desventajas que cada emprendedor debe analizar. Podría recurrir a las tres de manera simultánea, ya que los mix de diferentes fuentes de inversión han demostrado ser más efectivos, a mediano y largo plazo