Para el presidente Barack Obama el sistema offshore creado en las Islas Caimán es un punto negativo para la economía estadounidense; sin embargo, en Wilmington, a tan solo 100 millas de Washington, también existe un paraíso fiscal, donde las principales compañías del mundo han registrado sociedades. Es Delaware, un estado o un paraíso fiscal donde en apenas una hora se puede incorporar una nueva sociedad.
El paraíso fiscal de Delaware le ofrece una gran ventaja sobre los otros estados. Mientras la gran mayoría atraviesa por serios problemas económicos, Delaware recogió, tan solo en 2011, 860 millones de dólares, en conceptos de honorarios por sus sociedades residentes. Esta cifra representó un cuarto del presupuesto total del estado.
Delaware se ha fortalecido como un excelente sitio para reducir impuestos. El sistema no es difícil: las compañías reducen sus impuestos en otros estados donde realizan negocios o tienen sus oficinas centrales, al enviar sus ingresos a sociedades en Delaware, porque allí esos ingresos no reciben impuestos. Los especialistas llaman a este tipo de movimiento como el “hueco jurídico” de Delaware.
De acuerdo con especialistas, Delaware apenas demanda información para crear una sociedad y, por tanto, las sociedades formadas allí son consideradas entre las más secretas del mundo. Estas oportunidades la han aprovechado desde grandes corporaciones hasta pequeños negocios. En la lista de poderosas empresas con sociedades en Delaware aparecen desde American Airlines, pasando por Bank of America, Coca-Cola, Ford hasta Google y Apple. Las cifras son esclarecedoras: casi la mitad de las sociedades en Estados Unidos están incorporadas en Delaware. Solo en 2011 se incorporaron al estado más de 130 mil sociedades y el total de sociedades registradas sobrepasó los 940 mil.
Las autoridades federales temen que las amplias posibilidades de Delaware sean aprovechadas también por traficantes de drogas, criminales y para el lavado de dinero. Todo esto ha llevado a que organismos internacionales, entre ellos el Banco Mundial, cada vez concentren más su atención sobre lo que ocurre en ese estado norteamericano.
El mayor inconveniente de estas sociedades es que difícilmente consiguen abrir cuentas bancarias afuera de Estados Unidos, pero firmas de asesores offshore como Caporaso & Partners le han encontrado la vuelta y muchos empresarios siguen prefiriendo las sociedades de Delaware por su prestigio internacional.