EL CONFIDENCIAL – España 27.04.2016.
Giovanni Caporaso Gottlieb, italiano de 56 años, asegura que hace 30 fue redactor de la agencia EFE en España y de Interviú, entre otras publicaciones. “Pero cuando me vine a Panamá huyendo de los impuestos en Europa, el periodismo era un trabajo de segunda”, explica a El Confidencial con un pronunciado acento italiano. “Para poder disfrutar del nivel alto de vida que me gusta, me licencié en Derecho y me he convertido en abogado”. Caporaso regenta ahora un bufete en Panamá, Caporaso & Partners y OPM Corporation,especializado en la creación de sociedades anónimas en el istmo y en otros paraísos fiscales.
Quizá por su pasado en los medios, Giovanni es consciente de que es mejor la mala publicidad que ninguna publicidad. Se ha creado todo un personaje friki en la Red: una especie de gurú de los paraísos fiscales y luchador incansable contra el yugo del fisco. Luce con orgullo entrevistas en su página web en las que aparece siempre con un puro en la mano y una pistola en el cinto. Cuelga vídeos en Youtube en los que felicita el año nuevo como jefe de Estado de un reino ficticio, Antarticland. Es, además, el autodenominado primer Secretario General de las Naciones Unidas no Representadas y fundador de la “organización”.
El viaje al mundo desconcertante de Giovanni, el personaje, y Caporaso, el empresario, comienza con el eslogan de sus compañías: “¿Para un problema banal? Solicite ayuda legal. ¿No es este su caso? Hay el bufete Caporaso” (sic). Ofrece la creación de sociedades offshore “para operar desde los paraísos fiscales pagando cero impuestos”. En Panamá o en las Seychelles cuestan 1.500 euros. Son más baratas en Belice, 1.250 euros, y más caras en la isla Nieves, 1.480. También dice prestar servicios de cuentas bancarias offshore (en Belize, Curazao, Panamá, St.Vincent, Suiza y Nauru) por 1.300 euros.
El auténtico espíritu del bufete, ayudar a sus clientes a ir de incógnito, se plasma en la retahíla de servicios de anonimato ofertados: números de teléfono secretos, paquetes de cifrado de correo, oficinas virtuales, e incluso la gestión de ciudadanías y hasta “pasaportes diplomáticos”. Su web, además de en inglés y español, está traducida al ruso, portugués e italiano.
¿Trabaja con criminales?
Caporaso niega que ayude a evadir impuestos. Pero estas empresas son un vehículo habitual utilizado para mantener el anonimato cuando se huye del fisco, o cuando se han cometido delitos como el cohecho, el tráfico de drogas, el alzamiento de bienes, la pornografía infantil o el terrorismo.
“Nosotros no aceptamos clientes que sepamos que hacen tráfico de drogas, pornografía infantil o terrorismo”, asegura. Pero, ¿cómo lo evitan, si prácticamente lo único que piden son datos como el nombre de la sociedad que se quiere crear y el nombre del propietario, para uso interno? “Obviamente nosotros no podemos hacer investigaciones tan profundas como la policía, pero con la experiencia y con la psicología se llega a entender la tipología del cliente. Además, el mundo de la criminalidad tiene en general otros sistemas. Yo en más de 25 años no he tenido ningún cliente con problemas judiciales de este tipo, aunque sí por problemas con el fisco”.
Giovanni, el hombre, ha creado todo un ideario alrededor de su negocio, o a la inversa tal vez. Evadir impuestos, dice, es tan sólo un problema interno de los países. Sus clientes en realidad son una especie refugiados fiscales que huyen, como él, de un sistema abusivo. Se retrotrae a la Edad Media para argumentarlo: “En la época feudal, cuando los señores establecían unos impuestos altos, el pueblo intentaba rebelarse. Ahora estamos en la misma situación: hay algunos gobiernos que no saben hacer las cuentas, gastan más de lo que recaudan, y quieren aumentar la presión fiscal. En Italia el tipo máximo llega al 50%, ¿por qué a otros países les basta con un 10%? Es como si usted gana 2.000 euros al mes y quiere gastar 3.000, y se le ocurre ir a la casa de los vecinos y pedirle 500 euros a cada uno”. Él tiene dos hijos, pero se pregunta: “Si hubiera decidido no tener hijos y trabajar 20 horas al día para ganar mucho dinero, ¿por qué tengo que pagar más impuestos que alguien que trabaja ocho horas porque ha encontrado la felicidad viviendo con sus cinco hijos?”.
Recurren a él varios tipos de clientes. En primer lugar, “empresarios que no consiguen llegar a fin de mes”.
Esa es la idea que intenta dejar clara en el vídeo de dibujos animados con el que promociona su negocio. “Listo, ya es hora de cobrar”, dice un empresario sentado en su despacho. Llega otro con un dinero para pagarle. Entonces, por la ventana, aparece un inspector fiscal con la mano muy larga y unas tijeras, y corta el fajo de billetes de 500 euros por la mitad. “Estos impuestos van a acabar conmigo; buscaré una solución”, dice el empresario. Teclea en Google y llega a la página de Giovanni, www.paraisosfiscales.org. Enseguida se le ve fuera de la oficina, en una hamaca, junto al mar, consultando su ordenador: “OPM sí es la solución, ¡ahora mi dinero no lo toca ni Dios!”, concluye con una sonrisa.
Una buena parte del negocio de Caporaso consiste, además, en ayudar a proteger el patrimonio de los cónyuges en trámite de divorcio. “Nosotros siempre aconsejamos realizar acuerdos prematrimoniales, pero muchos se dan cuenta tarde de que las leyes en Europa son muy injustas, y entonces acuden a nosotros”, explica. Esto se ha hecho siempre, insiste, como siempre ha existido la corrupción. “Nosotros no la hemos creado, lo ha hecho el sistema burocrático”.
Sede de la firma Mossack Fonseca, cuyos documentos internos han dado lugar a la filtración de los
La “campaña” de los Papeles de Panamá.
El escándalo de los Papeles de Panamá, revelado por El Confidencial y La Sexta junto a la Corporación Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), ha supuesto para su negocio un problema de confianza de los clientes. “El robo de información reservada ha comprometido a uno de los bufetes jurídicos más prestigiosos de Panamá, Mossack y Fonseca. Muchos nos han manifestadopreocupación por la divulgación de listas de nombres y nos han preguntado si esto pudiera ocurrir también con los documentos de sus sociedades”, afirma en un comunicado. “Caporaso & Partners y OPM CORPORATION se han distinguido desde siempre por el tratamiento de datos de forma segura, utilizando los siguientes sistemas: comunicaciones telefónicas sobre nuestro server por medio de los servicios de www.opmvoip.com; mensajes encriptados que se autodestruyen después de haber sido leídos por medio del sistema www.007emails.com; ausencia de documentos físicos en nuestra oficina; ausencia de informaciones en las computadoras; elaboración de los servicios jurídicos y bancarios en compartimentos cerrados; y otras medidas que preferimos no mencionar”.
Dicen no mantener papeles físicos ni elaborar documentos en las oficinas, sino en otras conocidas como back offices que no dicen dónde se encuentran, y que servirían para garantizar la privacidad a los clientes. Son un bufete mediano, con tres abogados, tres secretarias y 10 empleados en las back offices, además de tres técnicos fuera del país que “garantizan la seguridad”. Los que están en contacto con los clientes, los abogados, no elaboran los papeles, y los que se encargan de estos no conocen a los primeros. Presuntamente.
Giovanni Caporaso Gottlieb no comprende que desde España se le reproche formar parte de un sistema que está ayudando a políticos corruptos a esconder lo robado. Pero sí reconoce que el sistema es casi infalible porque uno puede crear una sociedad en un país, pantalla de otra sociedad en otro país, que es a su vez pantalla de otra… Y así sucesivamente, impidiendo de facto que los jueces, a través de eternas rogatorias, consigan pillar al delincuente. Pero sentencia: “Nosotros no hemos creado la corrupción; la burocracia del sistema lo ha hecho”.